lunes, 10 de febrero de 2014

La Euritmia - Arte de movimiento tiene varias aplicaciones: Euritmia artística, euritmia curativa, euritmia pedagógica, euritmia empresarial




La Euritmia es un arte de movimiento que tiene por objeto hacer visible todos los elementos que viven en la palabra y en la música. Se desarrolla partiendo de nuestro cuerpo como el instrumento del que nos valemos para crear este muevo arte de movimiento el cual nació en Alemania en los comienzos del siglo XX  con el Dr. Rudolf Steiner  fundador de la Pedagogía Waldorf.
La Euritmia tiene varios ámbitos de especialización: La euritmia Artística la cual se desarrolla como base primordial para luego a entrarse en las siguientes que son:  la euritmia pedagógica, la curativa, la empresarial. Todas ellas pueden ser aplicadas en el ámbito social con personas de todas las edades y condiciones.
A continuación les compartiré un texto elaborado por la euritmista Curativa Ilse Horny
La euritmia higiénica como ejercicio de voluntad.
A pesar de todo lo que hemos dicho hasta ahora es comprensible que al hombre de hoy en día le resulte casi imposible sustraerse a las numerosas influencias debilitadoras y destructivas de su entorno que a veces incluso provocan enfermedades, a no ser que se aísle totalmente y se vuelva egoísta.
Así la mayoría de las personas no están enfermas del todo pero tampoco se las puede llamar sanas.  A causa de las influencias perjudiciales del modo de vivir actual nuestros cuerpos se hacen cada vez más débiles, las funciones vitales se desequilibran, se producen congestiones y la circulación vital empieza a fluir con dificultades.
Aparecen los primeros síntomas de enfermedades como por ejemplo padecimiento de la circulación, del ritmo cardíaco, del sistema respiratorio y del metabolismo.  El médico lo llama enfermedad latente, inestabilidad vegetativa y distonía.
También los miembros se vuelven cada vez menos flexibles y más entumecidos lo que se refleja en el período prodrómico de problemas reumáticos.
De este modo recibimos numerosas advertencias alarmantes de nuestro cuerpo.
A través de una práctica continua de los gestos eurítmicos e higiénicos de la euritmia que debe crear una contrafuerza positiva en nuestro interior podemos contrarrestar de forma especialmente eficaz las influencias negativas exteriores, incontrolables en su gran mayoría.  No tiene sentido esperar un remedio milagroso, hace falta un esfuerzo continuo en el sentido de una profilaxis a su debido tiempo.  Sin embargo, no basta con practicar estos ejercicios eurítmicos de vez en cuando o en intervalos muy largos o cuando uno ya se ha puesto enfermo.  Solamente podemos conseguir algo decisivo si cada día interrumpimos nuestra actividad durante unos minutos y los practicamos concentrada y conscientemente.  “La gota horada la piedra”, dice un proverbio antiguo.  Y con eso hemos llegado a lo que llamamos la “euritmia higiénica”.
Puesto que muchas veces no se ha entendido muy bien el significado y el sentido de esta expresión queremos entrar aquí en más detalles.  ¿Qué significa higiénico realmente?  ¿Cómo fue creada esta denominación?  La palabra “higiene” tiene su origen en el nombre de la diosa griega Hygieia que inspiró al primer médico divino Esculapio acompañándolo en todos sus caminos.
Por eso en muchas ilustraciones la vemos solamente en el fondo como un ser espiritual en forma de sombra.  En nuestro tiempo la palabra “higiene” suena trivial y principalmente se entiende bajo ella medidas desinfectantes o de limpieza e incluso medidas económicas.  No obstante el sentido original más como un ser espiritual en forma de sombra.  En nuestro tiempo la palabra “higiene” suena trivial y principalmente se entiende bajo ella medidas desinfectantes o de limpieza e incluso medidas económicas.  No obstante el sentido original más profundo se puede intuir todavía, esto es, que se trata de una acción continua y curativa.

De hecho esto es lo característico de la euritmia higiénica: una acción practicada continua y regularmente.  Rudolf Steiner creó la expresión “euritmia higiénica” para una práctica diaria de 15 minutos aproximadamente.
Fue su deseo que cada vez más personas utilizaran esta ayuda vital y expresó esta esperanza muy a menudo ante personas que deseaban avanzar a nivel espiritual.  A través de un relajamiento diario en un momento tranquilo que nos hace escuchar y mirar hacia dentro nos damos cuenta de la cualidad de estos ejercicios físicos animados y llenos de espíritu.
Pueden formar un contrapeso al desconcierto y a la prisa de nuestra vida cotidiana y contrarrestar una distonía de forma eutonizante.
Naturalmente Rudolf Steiner indicó también qué tipo de ejercicios eurítmicos son los más propicios para conseguir esto.  Se diferencian claramente de los ejercicios eurítmicos curativos que se emplean contra determinadas enfermedades.  Tampoco es muy indicada la euritmia artístico-expresiva que se manifiesta de forma especialmente bella en múltiples poemas y piezas musicales en el escenario.  Se emplean sobre todo los elementos básicos.
De gran importancia es “andar conscientemente”. En este ejercicio que parece tan sencillo en el primer momento solamente podemos figurar las leyes tan profundas que contiene y que son importantes para percibir el propio cuerpo y el alma espiritual que lleva dentro, por lo cual se emplea también el diagnóstico.
Otro ejercicio elemental es “contraer y abrir”. Practicando la polaridad nos damos cuenta del centro y de la trinidad.  Este fenómeno triásico primigenio que está presente en toda la euritmia se manifiesta también en el ejercicio fonético “I-A-O” que no por casualidad está al principio de la euritmia.  Estos tres sonidos que antiguamente significaron la raíz del nombre de Dios y que se pueden encontrar, aunque en un orden de sucesión diferente, en todos los pueblos antiguos expresan la trinidad primigenia.
También nosotros reconocemos en la “I” el principio masculino procreativo, en la “A” el principio femenino concebidor  y en la “O” redonda la unión de ambos.
Rudolf Steiner ha ampliado el concepto higiénico y ha adaptado estos sonidos al organismo humano ternario para llevar a cabo la armonización de éste.
La posición “I” con la cabeza y el cuerpo erguidos hacia arriba y la posición ancha de la “A” que es realiza con las piernas y que se une así a al tierra, son, teniendo dos direcciones divergentes, unidos y armonizados en el centro por la “O” redonda descrita por los brazos.  Repitiendo esto, unas veces de forma acelerada y otras veces más lentamente, se producirá una especie de engranaje entre las tres fuerzas anímicas del hombre: el pensar, el sentir y el querer.
Esto nos lleva al ejercicio de la serie de vocales “A-E-I-O-U” que ya mencionamos anteriormente y que está vinculada a la evolución humana por lo cual puede intervenir de manera fortalecedora.
La llamada “serie de evolución B-M-D  N-R-L  G-CH-F  S-H-T” que se compone de las doce consonantes más importantes guía el proceso de desarrollo del hombre hacia un control consciente de sus actos y refuerza toda su constitución de manera elemental.
También se pueden practicar higiénicamente consonantes individuales de varias formas, siempre y cuando tengan un efecto animador y armonizan te a nivel general.
También se pueden practicar higiénicamente consonantes individuales de varias formas, siempre y cuando tengan un efecto animador y armonizan te a nivel general.
En estos casos se trata principalmente del establecimiento de una relación meditativa con el sonido, de enfrascarse en su naturaleza original propia.
El sonido “L” por ejemplo es muy complejo y especialmente apropiado para esto.
Como ya mencionamos puede estimular la naturaleza líquida del hombre, es decir, su elemento vital, y elimina todo lo que se ha congestionado o está convulsivo, o sea cada clase de debilidad circulatoria y tendencias a induración.
El sonido “R” que actúa también de forma muy compleja activa agradablemente convulsivo, o sea cada clase de debilidad circulatoria y tendencias a induración.
El sonido “R” que actúa también de forma muy compleja activa agradablemente todo lo rítmico de la organización física humana en el ámbito respiratorio.
De manera muy diferente hay que emplear el sonido “M” que es amortiguador y reconciliador y que lleva a la espiración y a la tranquilidad, así como respiratorio.
De manera muy diferente hay que emplear el sonido “M” que es amortiguador y reconciliador y que lleva a la espiración y a la tranquilidad, así como el sonido “B” que envuelve, protege y nos hace concentrarnos.
Muy diferentes son los ejercicios que se extienden en el espacio y de los que existen las formas más variadas, como por ejemplo espirales que se abren y que se cierran y con las que se consigue o bien una sensación de concentración o de liberación.
Además hay formas triangulares metamorfoseadas y muchas más.  Vamos a mirar más detalladamente una de las formas geométricas más importantes, el pentágono.
Tiene un efecto vivificador especialmente en cuanto a la “organización etérea”.
Este “cuerpo etéreo” que Paracelso llama el “médico interior” posee fuerzas muy regeneradoras y vivificadoras.  Se basa en cinco flujos principales cuya dinámica puede ser estimulada directamente en el pentágono a través de las cinco posiciones corporales correspondientes.
Este ejercicio tiene un efecto constructivo esencial si se practica regularmente en la convalecencia.
Además, las formas geométricas pueden ser realizadas con diferentes “Ritmos de paso”.  Hay que considerar si se elige mejor un ritmo “trocaico” descendente o un ritmo ascendente de “yambo”, o se pueden practicar descendente o un ritmo ascendente de “yambo”, o se pueden practicar alternativamente.
Hay que nombrar también los llamados “ejercicios anímicos” que parten principalmente de una introducción profunda en elementos anímicos y cuya expresión está relacionada con una “Lautgebärde” (su supone que a cada sonido que podemos articular pertenece determinado gesto.  El conjunto de estos dos movimientos se llama Lautgebärde).  Rudolf Steiner dice de estos ejercicios que mantendrían ágil y flexible el cuerpo etéreo que cada vez se vuelve más rígido y que lo volverían a convertir en un instrumento útil.
Expresó la opinión de que tales ejercicios podrían ser realizados en un sentido higiénico tanto por niños, aunque de forma moderada, como también por adultos.
Actuando en lo orgánico a través de lo anímico encontramos en ellos muchas veces una formación polar que lleva a un equilibrio en diferentes ámbitos.
Como ejemplos se pueden nombrar:
“El ejercicio de la simpatía y de la antipatía” que fortalece el “Yo”, lo cual estimula toda la circulación y la digestión.  “El ejercicio de la afirmación y de la negación” anima el sistema respiratorio y contrarresta el  asmatismo, además sus movimientos rápidos convienen a personas somnolientas  y soñadoras.
        

“El ejercicio del amor y de la E” calienta toda la circulación por lo cual es indicado si existe una tendencia a hipotensión o a trastornos circulatorios de la periferia (¡manos y pies fríos!)
“El ejercicio de la A y de la adoración” hace que la persona entera sea más resistente y que la salud sea más estable y duradera, especialmente si especialmente si existe una predisposición a resfriados frecuentes.  También se emplea en casos de insomnio.
Semejantes ejercicios hay que realizarlos en una sucesión determinada adoptada a las diferentes personas durante por lo menos siete semanas.
Contrarrestan también las enfermedades alérgicas cada vez más frecuentes que en su mayoría se deben a una sobreexcitación anímica no asimilada o a una irritación nerviosa que paulatinamente dejan sus rastros a nivel corporal.
Contrarrestan también las enfermedades alérgicas cada vez más frecuentes que en su mayoría se deben a una sobreexcitación anímica no asimilada o a una irritación nerviosa que paulatinamente dejan sus rastros a nivel corporal.
Otro factor importante son los miles de sustancias perjudiciales que  penetran cada día a través de la piel y de la respiración o que ingerimos con la alimentación.  Es decir, a la larga exigimos demasiado de nuestro fiel “médico interior”, el cuerpo etéreo.
Cada euritmista profesional que lleva mucho tiempo practicando e incluso el mismo practicante se dará cuenta al profundizar cada vez más en los ejercicios que todo el ser humano se ensancha y se fortalece en el trato con los prójimos, con la familia y en su profesión, o sea en todas sus relaciones sociales.
Una última gradación experimentamos en las meditaciones eurítmicas de Rudolf Steiner, sin embargo, éstas no pueden ser tratadas aquí.
Todos estos ejercicios pueden ser practicados en grupos o individualmente en escuelas, seminarios, residencias, empresas, congresos y otras instituciones sociales, y realmente existen ya muchas experiencias.
De esta manera cada clase de euritmia podría desembocar en una verdadera práctica higiénica, en una “euritmia higiénica”.
Es el deseo principal de estas  hojas que poco a poco cada persona que practica la euritmia, sea joven o mayor, sea principiante o muy avanzado, aprenda a reservarse estos pocos minutos diarios para semejante práctica higiénico-armonizante.  Por la mañana serían suficientes siete minutos aproximadamente para los ejercicios que despiertan y animan, siete minutos por la tarde para los relajantes y tranquilizantes.
Al contrario, el alumno es invitado aquí a intervenir de forma activa.
Debe ser consciente de que no se trata solamente de un fortalecimiento del cuerpo sino del desarrollo de su cuerpo vital mediante la fuerza de voluntad de su personalidad.
En el curso de estas explicaciones el lector se habrá dado cuenta de que existe una cierta afinidad entre la euritmia higiénica y la práctica de la mental, mientras la euritmia, procedente del ámbito rítmico, influye sobre todo en la voluntad, ambos se pueden completar para servir a un fin superior.
En ambos casos podemos ver la influencia de las mismas leyes superiores: la cuestión está siempre en tener un espacio de tiempo separado del curso normal del día que para la persona que practica regularmente puede convertirse en un manantial de energía de su vida.  En ambos casos se trata de un trabajo concreto en uno mismo, de la realización en el sentido más normal del día que para la persona que practica regularmente puede convertirse en un manantial de energía de su vida.  En ambos casos se trata de un trabajo concreto en uno mismo, de la realización en el sentido más real.
La práctica de la euritmia nos da la posibilidad extraordinaria de preparar nuestro cuerpo de tal manera que después el trabajo meditativo se puede desarrollar mejor.  Puede convertirse en la base preparatoria de cada clase de trabajo espiritual que siga después porque sólo en un recipiente purificado se puede mantener un contenido espiritual.
De ningún modo se debe originar de esto una situación de alejamiento de la vida sino que hay que conseguir justamente lo contrario.  Practicando la euritmia pacientemente nos construimos una protección y una defensa, para que, atacados por los problemas cotidianos, ofendidos o quizá heridos, podamos enfrentarnos armados a las dificultades de la vida.
Practicando la euritmia pacientemente nos construimos una protección y una defensa, para que, atacados por los problemas cotidianos, ofendidos o quizá heridos, podamos enfrentarnos armados a las dificultades de la vida.
Al fin y al cabo, ¿quién supondría que estas pruebas no han sido destinadas sin que tuvieran algún sentido?
Al contrario, ¿no nos estorban en nuestro camino para que las superemos y salgamos airosas de ellas?
En el fondo la humanidad en todas las épocas sabía y sabe en su más profundo interior: en el esfuerzo y en la superación consiste el verdadero sentido de nuestro paso por la vida terrenal con todo su abanico de experiencias al que también pertenecen nuestras enfermedades, sufrimientos, dolores y penas.
Así al final volvemos a nuestro punto de partida: nos vemos en el sentido de la balanza, buscando el equilibrio en la práctica eurítmica, luchando por la dignidad del hombre.
Euritmia.  El arte del movimiento curativo

Ilse Horny
http://www.youtube.com/watch?v=5mNBaLC_37U, 

'Euritmia' movimientos y gestos del cuerpo con capacidad sanador

http://www.youtube.com/watch?v=laWr8llqU9w
Chamada para palestra Euritmia 100 anos